Como es típico de estas fechas, la receta que toca
es de torrijas.
Normalmente las hacía mi madre con la receta
familiar.
Este año las he hecho yo, dándoles un toque
diferente al infusionar la leche y hacer un almíbar, que la receta anterior no
incluía.
Ingredientes
Para unas 16 torrijas
1
barra de pan para torrijas (mejor del día anterior)
1
litro de leche
3
cucharadas de azúcar
Peladura
de limón
Canela
en rama
4
huevos
Aceite
de girasol
Azúcar
y canela para espolvorear
Para el
almíbar:
200
gramos de azúcar
200
ml de agua
Peladura
de limón
Canela
en rama
Primero, infusionamos la leche. Para ello, ponemos
la leche con el azúcar en un cazo a fuego medio-alto y antes de que llegue a
hervir lo retiramos. Añadimos la peladura de limón y la canela y lo dejamos
unos minutos para que infusione.
Posteriormente, colamos la leche para quitar el
limón y la canela y dejamos que entibie.
Cortamos la barra de pan en rebanadas de un dedo de
grosor aproximadamente (unos 2 cm) y, cuando la leche se haya entibiado, las
empapamos bien en ella y las vamos dejando en una fuente. Si la leche
estuviera demasiado caliente, las rebanadas se romperían.
Ponemos al fuego una sartén con abundante aceite de
girasol. Cuando esté caliente, vamos rebozando las rebanadas en los huevos,
previamente batidos, y las freímos.
Cuando estén doradas por ambos lados, las sacamos a
una fuente y las dejamos enfriar.
Finalmente se espolvorea con azúcar y canela por
encima.
Para el almíbar:
Echamos en un cazo el agua con el azúcar y un poco
de canela y peladura de limón.
Lo ponemos al fuego y cuando se vaya espesando lo
retiramos y lo dejamos enfriar. Si sobra
leche, se puede echar en la fuente y así las torrijas se quedan más jugosas.
Al servir, echamos el almíbar por encima.
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